La mente no puede existir sin consciencia, pero la consciencia puede existir sin la mente. La mente es una herramienta muy poderosa que nos permite hacer muchas cosas, pero por diversos motivos durante la evolución del ser humano la mente tomo el control y operamos en piloto automático. Ahora nuestra mente nos posee, con la consecuencia de que la mayor parte del tiempo estamos a su merced.
¿Sabemos aún dónde está el interruptor mental?
Hay momentos en cuales la mente se detiene, un instante, se puede percibir en una meditación, o durante el día, el físico Jean Pierre Garnier Maletle llama aperturas temporales, quizás muchas veces durante el resto de nuestra vida. Si eso ocurre nos encontramos en este lugar tan especial de la pura consciencia. Son exactamente estos momentos de lucidez que nos guían, que nos fortalece, donde nos llenamos de vida y vitalidad.
¿Cómo conseguimos estar más o para siempre en este estado?
La respuesta es con la ayuda de nuestro observador. Todos tenemos este observador. Es esa parte dentro de nosotros que permite observar a nuestros pensamientos y tomar consciencia de las emociones que generan estos pensamientos. Casi diría que es el pensamiento detrás del pensamiento. El observador, que ya es un trabajo consciente, nos permite observar lo que pensamos y lo que sentimos. El observador no juzga, ni critica, solamente observa lo que pensamos y conecta con la emoción la acepta y en ese instante tomamos consciencia de lo que pensamos y sentimos en este Aquí&Ahora. Así aumenta nuestra consciencia, observándonos a nosotros mismos.
Mantente presente como observador de tu mente, de tus pensamientos y emociones, así como de tus reacciones a las diversas situaciones. Interésate al menos tanto por tus reacciones como por la situación o persona que te hacen reaccionar.
Nota también cuántas veces tu atención se va al pasado o al futuro. No juzgues ni analices lo que observas. Contempla el pensamiento, siente la emoción, observa la reacción. No las conviertas en un problema personal. Entonces sentirás algo más poderoso que cualquiera de las cosas observadas: la presencia misma, serena y observante, que está detrás de tus contenidos mentales; detrás de todo esto que ocurre como un observador silencioso podrás descubrir TU VERDADERO SER.
